Finales de Agosto

Agosto se va, con un poco de nostalgia en la sus manos aun, se sentó a la orilla de la cama, tomo uno de los zapatos y lo estrello de nuevo contra la pared, pensando que podría matar a la mosca, que se reía todas las mañanas en su cara, después de susurrarle al oído que no lo dejaría en paz.

Tuvo que hacer uno de esos esfuerzos sobre humanos, para poder acercarse algunos pasos al baño, y el agua, aunque caliente, gracias al calentador que fue donado por alguien de la casa, que en estos momentos ya se sentía tan vieja, tan fuera de lugar, tan vacía y es imposible decir, cuanto mas se sentía solo, pero el agua lo desperto por sorpresa de nuevo.

Pensó en marcar el telefono, pero de nuevo las ganas se fueron muriendo por la cuenta sin pagar, y el deseo de una voz al otro lado, murio de nuevo, en un rincón del recibo atrasado de telefono.

Eran apenas las 8 de la mañana y ya no sabia donde mirar, el cuarto se habia vuelto tan pequeño, que salir al patio era lo ultimo que pensaba, andaba agorafobico ya un par de semanas atrás, y estando en el cuarto se sentia ya claustrofobico, que lo unico que penso fue vencer la agorafobia, con un poco de sol.

Escribio unas letras, no por deber, sino por placer, y pensó de nuevo en escribirle una carta, revelando secretos, algunos deseos, nada feo, nada de lo que pudiera sentirse avergonzado, pero tampoco nada cursi y lleno de corazones, era solo las ganas de hablar un rato con el corazon, que insistia que el tenia la respuesta.

De nuevo vio el telefono, pero otra vez la voz le informaba que no era tiempo de llamar, sino era tiempo de pagar. Se entretuvo con una araña, comio un pan con mantequilla, y se sento afuera, ya la agorafobia yacia en un rincón, con la claustrofobia feliz de poder estar al aire libre.

Sono ahora el telefono, y al levantarlo le preguntaron de unas cuantas ardillas en un bosque de mentira, lo que lo hizo pensar en un cuento inspirado en algun lugar de un bosque en su lado izquierdo de la oreja, donde crecia un pequeño cabello que parecia dispuesto a sacrificarse para ser leido.

Termino la llamada, y su necesidad de llamarla solo aumento, fue asi como decidio durmió, soño con un gato en la boca de un pescado, que salia sin un rasguño para suerte del gato, pero tambien para la mala suerte del pescado, que ya se veia en un asador, gracias a la mano habilidosa de una amiga suya, que aparecia justo a tiempo, cuando fue despertado de nuevo por un sonido extraño.

Se levanto, abrio la ventana, y lo que vio le sorprendio, no era de de noche, no era de dia, no estaba en su casa, y su cabeza parecia que iba a estallar, realmente no estaba despierto, el segundo sueño era mas aterrador, y dio gracias a Dios, cuando de verdad se levanto sudando frio, con esa sensación de ser tonto, y de pensar al contrario.

Cenó solo como cualquier domingo, y decidio sentarse, fumarse un cigarro, que corrio a comprar a la esquina, mientras vio caer dos minutos después, un aguacero, que le hizo preguntarse, la ultima pregunta de dia, si la soledad saldria de vacaciones al fin cuando se decidiera a marcar el numero aunque sea, en el telefono de la esquina.