Y por hoy ya estoy tranquilo

Lapiz, papel, mano y brazo,
frio en el alma,
y corazon en fuga.
Insomnio forzado, sueños frustrados,
y desorden mental.
Un enojo que no me deja vivir en paz,
se anidan a la par de ese sentimiento de tranquilidad que tenia.
Le pican los ojos, le mueven la cabeza,
le meten zancadilla y se burlan de ella.
Le ponen una in, escrita adelante,
con tinta china para que no se borre.
Predemeditadamente, la quieren volver loca
y crearle un problema de personalidad.
Pero la tranquilidad sigue tan estable,
que la habitación se vuelve tan bizarra, con ese juego de contrarios que
se dan en el mismo lugar.
Me encuentro mas alla del cansancio,
y los dias son todos iguales a la costumbre,
que parezco programa de niños,
repitiendo el episodio toda la semana,
para que no se olvide, que el blanco es blanco,
y el negro es negro.

El calor del corazon quedo,
como queda en su asiento el calor de una persona,
que ya no esta ahí.
Es un breve vistazo para el tacto,
para recordarle un sentimiento extraviado,
perdido entre tanta blancura
que por momentos se llena de bruma.

Un estado parecido a la locura,
me hace temblar.
Vaya que nunca he estado loco, y aun no hay voces.
Voy a poner mi mente en mute,
y por un segundo voy a ver una pelicula muda, sin subititulos.
Para mientras el sentimiento es tan vivo, que la depresión me pega en la cara.
Pero la cordura mete su mano,
dejo la depresión para otro dia,
realmente no tengo tiempo.
Y ella exige mucha atención, que yo realmente
no le puedo dar y no quiero darle.
Si sigue haciendo exigencias,
puedo amarrarla un rato, en el rincón donde
estaba la tranqulidad
al final, no importa si a la depresión la vuelven loca
es su problema, ya no mio,
como dice el dicho, “mato dos pajaros de un tiro,
y por hoy ya estoy tranquilo