Cronopio Melomano

Thursday, June 08, 2006

Dr. Tiempo

La frase de la canción aquella, que me hizo imaginar lo siguiente,
empieza y termina en lo que se lee aquí:
“el tiempo no cura nada”
Y empieza todo con la clínica reconocida, a la vuelta de una esquina cualquiera
en un barrio tan vulgar como todos,
con la típica tienda en donde entrabas de pequeño y una viejecilla,
daba tantas señas de melancolía,
que había días que los dulces sabían diferente.
Me encontré con esta clínica, donde se curaban mal de amores,
decepciones, engaños y hasta excesos de pasión.
El doctor un anciano tan viejo,
que a veces se le escapan algunas polillas de su cabeza
tenia tanto parecido al tiempo, que suelo preguntarme aun,
si no era el padre tiempo,
ejerciendo su profesión, que tanta gente le había dado.
Medico por merito, después de oír tantas veces
que el tiempo lo curaba todo.
Después de oírlo tantas veces, no me extraña que se lo haya creído
y aunque nunca lo vi a nadie regresar a quejarse,
me es difícil creerlo, talvez por vergüenza o por no contradecirlo,
la gente nunca regresaba.
Y el viejecillo seguía abriendo después del medio día,
con la sospecha de que algún despechado, preguntara por sus servicios
y recetara de nuevo, un chocolate caliente tomado en soledad,
con la compañía única de la tristeza, que ya la traía incluida.
Sentirla a morir, para tener un clímax y después desecharla y tirarla
en la taza donde estaba el chocolate.
Cerrar los ojos después de esto y siempre abrir los ojos,
la taza había desaparecido.
Ante la cara ingenua del paciente, que miraba con desconfianza al medico,
y se iba a casa, sin tomar en cuenta la receta.
Lo maravilloso del caso, es que yo lo probé, después de la consulta
y el resultado fue tal como él dijo.
Regrese a buscarlo, un par de días después
y la clínica ya no estaba ahí.
Creo que rompí la ilusión, al seguir la receta.
pero siempre la guardo como prueba, de que el tiempo a veces se hace pasar por doctor.

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